sábado, 7 de mayo de 2011

La triste historia del gato que resulto gata y salió con su domingo siete

Nunca he sido fanática de los gatos de hecho tenia cierto “issues” con ellos todo por culpa de un gato sin vergüenza que oso clavarme sus garras en la garganta allá en mi adorada infancia,  sin embargo por alguna extraña razón llegue a tener cariño por una gatita -cuyo nombre no mencionaré por cuestiones de copyrigth, lo único que diré es que aquí bien podría encajar cierta frase de una canción de esa de los pies descalzos-.
Desde hace tiempo sentía la necesidad de adoptar una mascota pero la verdad nunca me di el tiempo de poder buscar una así que sólo me pasaba envidiando las de los demás. Así que recién descubierto ese gusto por los gatos-no todos sólo algunos, los bonitos pa’  que me entiendan- decidí que sería un buen momento para pasar de los perros a los gatos.
Un buen día cierto gato llego a casa en busca de diversión, lo único que pude ofrecerle fue alimento. Durante varias semanas el gato comenzaba a aparecerse con mayor frecuencia primero por las mañanas después por las tardes e incluso por las noches y cada vez que lo veía le servía un poco de leche –no le digan a mi madre ella asegura que va por ratones- había días que se quedaba horas en casa busco un lugar cómodo en el jardín donde le gustaba echarse. Lo llame Macario, sólo porque es de esas palabras que me gustan como suenan cuando se pronuncian- en la terna también estaba Marcelo pero dejo se sonar interesante cuando la mamá nos dijo que era el nombre del bisabuelo y no quería pensar en su reencarnación-.


Conforme pasaban los días el gato engordaba pero extrañamente hoy por la mañana abrí la puerta y Macario apareció brincando con un figurín, esbelto y sensual como lo conocí. Lo único que pude exclamarle a mis amigas fue: “No está más delgado?”- apenas ayer le había visto esa panzota sospechosista-. Y madres!! Que a lo lejos allá donde acostumbraba echarse para tomar el sol alcanzo a ver unas cositas peludas que se movían torpemente. MACARIO resulto ser MACARIA... y la muy infeliz estaba preñada. Me salió con su domingo siete.
Mi obvia inexperiencia con la especie me hizo ignorar las “señales” que resultaban evidentes para otros-ustedes pensarían que con semejante panza estaría embarazada? Yo no, siempre creí que lo alimentaba muy bien-. No tengo la menor idea de cuánto dura la gestación de los felinos pero el día de hoy Macario dejo salir su verdadero ser, pario cuatro gatitos- del padre no se sabe nada-.



Nunca me tome la molestia de averiguar su sexo y mucho menos me importo que el nombre que le había dado concordara con eso. Llámenme ingenua pero siempre creí que la panza era por la grandiosa alimentación que le daba.
Y no señores no les resultaré sapo, tranquilos.

5 comentarios:

  1. Hahaha pero si tiene cara de gata, mira, es fácil identificarlos incluso sin verle el sexo: ¿sabes notar la diferencia entre los razgos de una trans y una bio mujer? Pues misma cosa.

    Peor me resultó a mi el muy bribón del Simcha que me lo dieron por niña y un buen día decidió sacar el mini miembro delante de las amistades... #AyNoQuéBochorno.

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  2. curiosa y simpatica anecdota ¡la familia crecio! jeje ahora presume los nietos cuando habran los ojos!

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  3. Lo unico que puedo decir es que tiene una cara hermosa. Que linda. Y los gatitos los vas a tirar a las vias del tren, como alguna vez me obligo a hacer mi ama?

    Lo que si deberias de hacer es neutralizarla, porque definitivamente ya somos muchos, entre mi vecina Carmela y Doña Laura la tamalera, ya tuvieron lo que le tocaria a seis parejas.

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  4. Esterilizarla una vez que los gatitos crezcan y los logres colocar con mexicanos que tengan algo de humanidad (a veces duele tanto la indiferencia de la gente en la calle para con los animales) aunque te sea costoso en este momento es lo mejor para evitar traer al mundo a mas gatitos que solo vienen a sufrir y ser maltratados por la gente.

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  5. :D y mi gatito? y los demás post? y mi nieve?

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